martes, 28 de enero de 2014

¿El ejercicio puede modificar la grasa de nuestro organismo?

-Antes de entrar en materia sobre es tema básico de la composición de nuestro cuerpo, comentaremos brevemente sobre los inicios de los estudio de la composición corporal del ser humano. En 1877, Fehling describe por primera vez la composición química de fetos y recién nacidos mediante estudios en cadáveres, en el siglo pasado en los años 30 científicos alemanes hicieron los primeros estudios, hoy en día los conocimientos mas actuales se deben a la continuidad de los avances aportados por los americanos e ingleses.
-La masa corporal total se divide en: masa grasa y masa libre de grasa o masa magra la cual está compuesta por masa muscular, masa ósea y masa residual. Por ejemplo, a un deportista le interesa tener la masa grasa por debajo de un nivel y la masa muscular lo mas alto posible para poder desarrollar mas trabajo muscular.

-La mujer tiene mas cantidad de grasa que el hombre, esta diferencia hace que los contornos musculares sean más suaves, redondea las superficies y ayuda a borrar las prominencias óseas, dándoles una característica especial a los pliegues y a los huesos de las mujeres. En una mujer normal, la grasa representa, por termino medio, el 18 y el 25% de su peso a diferencia del hombre que supone entre el 10 y el 15%.

 ¿A que se debe esta diferencia de distribución de la composición corporal de la mujer? 

-Se debe principalmente a que en un determinado momento de la vida la mujer ha de alimentar a un feto y después a un recién nacido a expensa de sus propias reservas energéticas, por lo que esta obligada a almacenar energía en forma de grasa con vista a futuras gestaciones (especialmente los dos últimos trimestres del embarazo).

La mujer debe tener una cantidad de grasa de reserva para garantizar un buen funcionamiento de su organismo, niveles extremos bajo de esta grasa de reserva provocada por dietas, ejercicios de alta intensidad de manera continua sin una adecuada nutrición conlleva al organismo a producir problemas endocrinos graves.

¿Como interviene el ejercicio en la distribución de la composición corporal?

-Cuando realizamos ejercicio los el aporte energético proviene principalmente de los carbohidratos (glucógeno muscular, glucógeno hepático y glucosa en sangre) y ácidos grasos. El cuerpo puede acumular reservas de ácidos grasos en grandes cantidades (porcentaje de grasa), sólo acumula unos 500 g de carbohidratos, la energía esencial para un ejercicio agotador (350-400 g glucógeno muscular, 90-100g glucógeno hepático y 15-20 g glucosa de la sangre). Este glucógeno almacenado tiene dos vías, una que va a los depósitos de grasa si no hay actividad física y otra que va a la sangre para mantener la glucemia durante la actividad física

Durante el ejercicio en rango aeróbico (leve a moderada intensidad), hay un consumo de  glucosa (proviene de las reservas de glucógeno) y ácidos grasos a nivel muscular, a medida que prosigue el ejercicio, los ácidos grasos aportan casi el 80% de la energía total. A medida que disminuyen los niveles de insulina y glucosa en la sangre, aumenta la concentración de glucagón en el plasma, lo cual reduce el metabolismo de los carbohidratos y estimula la liberación de ácidos grasos. Sin embargo, aunque hay un enorme suministro de energía potencial de los lípidos almacenados, la energía de los carbohidratos sigue siendo esencial para mantener un ejercicio agotador y, cuando se agotan los carbohidratos, los ácidos grasos son incapaces de mantener dicho ejercicio a un nivel equivalente.


Para disminuir las reservas de grasa corporal, bien sea por razón estética o indicado por su médico por problemas endocrinos o cardíacos, el entrenamiento en rangos aeróbicos no solo tiene un efecto en el peso y las reservas de grasas sino que adapta el sistema cardiopulmonar para poder cumplir esas exigencias metabólicas que ocurren dentro de los músculos. Por lo que la perdida de peso a expensa del porcentaje de grasa no es viable a largo plazo solo con dieta, se debe incluir ejercicios en rango aeróbico y fortalecimiento muscular para llegar a tal fin de manera optima.

Dr. Miguel Herrera Pacheco.
Residente de Medicina de la Educación Física y del Deporte UCM

jueves, 16 de enero de 2014

¿Cómo influyen en la autoestima la obesidad y el sobrepeso?

Obesidad y sobrepeso, ¿Cómo influyen en la autoestima?

La obesidad es una enfermedad crónica, compleja y multifactorial, que suele iniciarse en la infancia y la adolescencia. Tiene su origen en una interacción genética y ambiental, siendo más importante la parte ambiental o conductual, que se establece por un desequilibrio entre la ingesta y el gasto energético. Se caracteriza por una excesiva acumulación de grasa corporal y se manifiesta por un exceso de peso y volumen corporal. Sin embargo, es muy simplista pensar que la obesidad sólo se debe a un consumo excesivo de alimentos y a una actividad física deficiente. 

Actualmente la obesidad y sobrepeso han sido propuestos para ser aceptados como trastornos del comportamiento alimentario no especificados (TCANE).



¿Qué hacer para mejorar la autoimagen?

El sobrepeso y la obesidad repercuten de forma negativa en nuestra autoestima. Esto es un hecho ya que si bien hay personas que dicen sentirse bien estando con sobrepeso, hay una gran cantidad que por el contrario, manifiestan sentirse mal si no están en forma. Si éste es tu caso, te interesará saber qué puedes hacer para mejorar tu autoimagen.

Además de ser bueno para la salud, estar en forma es bueno para la autoestima. Esto quiere decir que te sientes mejor contigo mismo y tu confianza aumenta, lo que repercute en la seguridad personal y en cómo te mueves en tu vida cotidiana. 


Todo va de la mano:

Estar en forma – autoestima – confianza – seguridad. 

La forma en cómo te ven los demás repercute sin duda, en cómo te ves a ti mismo, ya que la mirada de los otros es la devolución de tu propia imagen.

Si bien no hay que generalizar, puesto que cada ser humano es particular y no hay normas universales para todos, esto es más o menos cierto para la mayoría. Es decir, estar en forma y tener autoestima.

El sobrepeso es de alguna manera un síntoma de que algo no anda bien. 

Puede ser:

-Dejadez

-Mala alimentación

-Falta de ejercicio,

-Exceso de trabajo 

-Sedentarismo, etc.

Puede ser un conjunto de cosas, pero seguramente, más allá que en tu vida vaya todo bien, si además logras bajar de peso y estar en tu peso adecuado para tu talla, quitando esos kilos de más, vas a sentirte mejor aún.

La obesidad es un grado más enfermo aún que el sobrepeso, ya que es allí cuando el cuerpo ya ha perdido forma y la salud puede verse seriamente deteriorada. Si bien no es seguro decir que todos los obesos tienen problemas de autoestima ya que es algo muy simplista, pero sí se puede decir que:

La obesidad no es saludable.

La obesidad tiene causas que pueden tener múltiples aspectos, pero sin duda, en mayor o menor grado la falta de autoestima está  presente.

De alguna forma el obeso, en mayor medida, pero también el que tiene sobrepeso, está tramitando problemas emocionales de la peor forma posible, mediante la comida y la alimentación indebida.

En definitiva, lo mejor que puedes hacer para mejorar tu autoimagen y con ello, aumentar tu autoestima, es cuidar tu cuerpo y tu salud. Si tienes obesidad o sobrepeso, sin duda, la mejor manera es ponerte en forma.


Reseña realizada por:

Lic. Elena Sánchez Sánchez.
Psicóloga Sanitaria.

Máster en Psicología Clínica y de la Salud.

domingo, 12 de enero de 2014

TRIADA DE LA JOVEN DEPORTISTA

Desde hace unos años la mujer ha comenzado a tener una mayor participación en el deporte de competición.  Es importante mencionar que el ejercicio ha traído a la mujer  grandes beneficios a nivel de salud y mejoras en su condición física. Pero aquellas jóvenes atletas que siguen programas de entrenamiento muy exigentes o, simplemente, realizan ejercicio físico de forma regular y, en ocasiones, de elevada intensidad están expuestas a desarrollar una o más condiciones de una “triada” de desórdenes médicos, que han sido recientemente descritos en la literatura médica con el nombre de “triada de la mujer deportista”.
Pero ¿Qué es la triada de la Joven deportista?  Es un trastorno que afecta los hábitos de alimentación, los periodos menstruales y la fortaleza de los huesos.
¿Cómo sucede? Una alimentación desequilibrada es la base de la tríada de la Joven atleta. Esto provoca una disponibilidad energética insuficiente que, si se mantiene así durante mucho tiempo, aumenta la posibilidad de sufrir problemas menstruales (desórdenes hormonales), que traerá como consecuencia la disminución de las proteínas y de las sales minerales de calcio que constituyen la  matriz o estructura de los huesos (Osteoporosis Prematura).

Las Jóvenes deportistas más vulnerables son aquellas que participan en deportes en los que un bajo peso corporal y una imagen física de delgadez, se considera una ventaja (gimnasia, atletismo de fondo, patinaje, ballet, etc.), además si está en plena adolescencia y es un deporte individual será mucho más elevado el riego.

Tenemos que tener en cuenta que para un deportista de alta competencia no solo la parte física es importante, sino también la presión social y psicológica a la que están sometidos.
Por todos los factores anteriormente expuestos, las Jóvenes deportistas, sufren desórdenes alimenticios que pueden conducir a una disfunción menstrual (amenorrea) que, con el tiempo, provocará una osteoporosis prematura. 
Es muy importante que el equipo médico junto a los padres escuche las necesidades de la Atleta, y esté atento a su historia menstrual, las fluctuaciones del peso corporal, los hábitos alimenticios, una historia de fracturas de estrés o los antecedentes familiares de osteoporosis.   

Hoy en día nuestro entorno es altamente tóxico a nivel competitivo, nuestras atletas están sometidas a todo tipo de presiones y es allí donde todo el equipo multidisciplinario tiene que trabajar en EDUCAR = PREVENIR, enseñarles a nuestras jóvenes deportistas como alimentarse,  como enfrentar nuevos retos, como prevenir lesiones y en fin, como lograr mayor potencial y la mejor armonía cuerpo-mente.  

Vanessa Tejero León 
Fisioterapeuta
Osteópata