viernes, 29 de noviembre de 2013

DEPORTE PARA LA DEPRESIÓN


Cuando tienes ansiedad o depresión, el ejercicio suele parecer la última cosa que quieres hacer. Pero una vez que consigues motivarte, el ejercicio puede marcar una gran diferencia”. La afirmación procede del equipo de la prestigiosa Clínica Mayo, de Nueva York. Este punto de vista es compartido por muchos otros profesionales e instituciones, como el servicio nacional de salud del Reino Unido (NHS), que lo sugieren como una alternativa al tratamiento para depresivos. Sin embargo, una revisión de estudios que han tratado de observar en qué medida puede beneficiar el ejercicio a los depresivos no ha encontrado efectos positivos claros.


La depresión afecta a más de cien millones de personas en todo el mundo. Habitualmente, la enfermedad se trata con fármacos y terapia psicológica, pero en ocasiones estos tratamientos son rechazados por el estigma que para algunas personas supone, por ejemplo, asistir a la consulta de un psicólogo, o por los efectos secundarios que tienen los medicamentos. El deporte es una de las terapias alternativas o de complemento que se pueden aplicar a quienes padecen una depresión. Los cambios hormonales, la distracción de pensamientos negativos o las relaciones sociales que implica su práctica pueden estar detrás de los potenciales beneficios.

Para tratar de observar si la prescripción de ejercicio tiene fundamento, un equipo dirigido por Gillian Mead, de la Universidad de Edimburgo, analizó 35 trabajos que habían tratado de ver qué efectos tiene el ejercicio sobre la depresión y cuál es el valor de ese efecto cuando se lo compara con el de los fármacos, la terapia psicológica u otros tratamientos alternativos. Los resultados, que se han publicado en The Cochrane Library, muestran que el ejercicio puede tener un efecto moderado sobre la depresión.

Pese a las evidentes limitaciones del conocimiento sobre los efectos del ejercicio en la salud de los depresivos, Mead considera que, al menos como complemento, el ejercicio sigue siendo un tratamiento interesante. “No hay efectos negativos reportados del ejercicio y teniendo en cuenta los resultados positivos de su práctica en la población en general, creo que sigue siendo interesante considerar el ejercicio para las personas con depresión”, concluye la investigadora.

Algunos consejos para quienes padecen depresión y apuestan por el ejercicio físico:
·       Acomodar el ejercicio a la vida cotidiana. Por ejemplo, caminar o andar en bicicleta en el trayecto hacia el trabajo.
  • Escoger una actividad que sea placentera, para que no se transforme en una obligación difícil de cumplir.
  • Hacer ejercicio por la mañana ya que el estado de ánimo suele ser mejor que por la tarde y noche.
  • Escuchar música mientras se hace ejercicio permite que el esfuerzo sea más agradable.
  • Asesorarse con un profesional que le diseñe un programa de ejercicios basado en su condición física. 
Los beneficios individuales del ejercicio incluyen:  
·       Reducción de la ansiedad-estado.
  • Reducción a niveles mínimos y moderados de la depresión.
  • Reducción de los niveles de estrés.
  • Reducción de los niveles de neurosis.
  • Colabora en el tratamiento de la depresión severa.
  • Beneficia psicológicamente a ambos sexos y a todas las edades.

Reseña realizada por:
Lic. Elena Sánchez Sánchez.
Psicóloga Sanitaria.
Máster en Psicología Clínica y de la Salud.

Bibliografía:
1. Cooney GM, Dwan K, Greig CA, Lawlor DA, Rimer J, Waugh FR, McMurdo M, Mead GE. Exercise for depression. Cochrane Database of Systematic Reviews 2013, Issue 9. Art. No.: CD004366. DOI: 10.1002/14651858.CD004366.pub6.

2. Mazza M. El ejercicio y la depresión (consultado 20/09/2013).Disponible en: http://www.fanaticode.com/component/k2/item/75-el-ejercicio-es-efectivo-contra-la-depresi%C3%B3n.html



miércoles, 27 de noviembre de 2013

Fracturas por estrés en el Deporte

¡Sospéchalo a tiempo y sigue con el deporte! 

Una de las lesiones más comunes en deporte es la fractura por estrés.

El hueso se está constantemente remodelando  a sí mismo y reparando, especialmente cuando es sometido a un estrés.

Con cada milla que recorre un corredor, más de 110 toneladas de fuerza deben soportar las piernas; y los huesos no están hechos para sobrellevar esto solos, por lo que los músculos son los primeros que absorben dicha fuerza. Una vez que se agotan estos últimos, entonces le corresponde a los huesos continuar con el trabajo. Estudios histológicos han demostrado que un estrés repetido sobre el hueso incrementa la actividad osteoclástica (destructora de hueso) sobre la osteoblástica (formadora de hueso) debilitando el mismo y generando fracturas por estrés.




La fractura por estrés ocurre cuando ha habido un cambio reciente  en la forma de entrenar. Especialmente los atletas profesionales, los aficionados  y los reclutas militares están sometidos a estos posibles cambios en el régimen de entrenamiento (zapatos nuevos, superficie de entrenamiento). Las personas sedentarias que recientemente se incorporan a un estilo de vida activo también lo pueden sufrir.

Se caracteriza por dolor insidioso (de aparición progresiva) con o sin inflamación sobre la zona afectada, especialmente cuando realizan la actividad física, que puede ceder con el cese de la misma y posteriormente aparecer inclusive en reposo. 

Los sitios más comunes de lesión son las extremidades inferiores, que son las que más se someten a sobrecarga.

La radiografía convencional es inicialmente un estudio importante ya que la clínica de dolor profundo e inespecífico hace imprescindible el descarte de otras  patologías, especialmente tumorales,  al descartarse  se confirma  así la fractura por estrés; corroborándose un mes después con otra radiografía el callo óseo formado (hueso cicatrizado).
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Sin embargo, si la sospecha se tiene desde una primera instancia, luego de haber hecho una adecuada historia clínica, un estudio de imagen con resonancia magnética evidenciaría la lesión donde en la radiografía no se veía. De esta manera se puede indicar tratamiento adecuado y a tiempo para evitar sufrimientos por dolor, complicaciones y por tanto cese perenne de la actividad física debido a ello. 
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Haciendo mucha actividad física muy pronto, con poco entrenamiento puede generar dolores localizados y profundos que luego conlleven a un cese en dicha actividad. Se habría originado una fractura por estrés, no diagnosticada y no tratada y como consecuencia un miedo a realizar deportes.

Si se sospecha, se estudia con imágenes adecuadas (Resonancia magnética por ejemplo), tecnología de la que hoy en día se hace uso para ver más allá del examen físico médico. Se descartan patologías malignas, se confirma el diagnóstico, se trata de forma adecuada (reposo y antiinflamatorios) a tiempo y se puede continuar con una vida normal, con deporte bien realizado, de intensidad progresiva y así con salud física y mental. 

Bibliografía: 
1) The British Journal of Radiology, 85 (2012), 1148–1156. Lower extremity and pelvic stress fractures in athletes. S Y LIONG, MRCS, FRCR and R W WHITEHOUSE, MD, FRCR. Department of Clinical Radiology, Manchester Royal Infirmary, Manchester, UK.

2) The Radiology Assistant. Stress fractures by Ferco Berger, Milko de Jonge, Robin Smithuis and Mario Maas
From the Radiology Department of the Academical Medical Centre, Amsterdam and the Rijnland Hospital, Leiderdorp, the Netherlands



Dra. Daniella Gomez Campos
Residente de radiodiagnóstico. 
Hospital Fundación Jiménez Días.
Madrid. España.
26/11/2013

lunes, 25 de noviembre de 2013

El Swing potente, sin esfuerzo a la vista y magnífico es directamente proporcional a tu condición física.

El Swing potente, sin esfuerzo a la vista y magnífico  es directamente proporcional a tu condición física.
Quisiera comenzar este artículo nombrando que vengo de una familia totalmente adictiva al golf (como suele suceder con este bello deporte), y que juego desde que tengo 7 años.
El golf es un deporte de repetición lo que hace que nuestras articulaciones, ligamentos y músculos estén sometidos a un desgaste si no se cuidan de forma adecuada.
Resulta curioso que a pesar de la tecnología, las mejoras en los equipos de golf y las bolas no ha cambiado mucho la media del hándicap de los jugadores de golf. 
Siempre está el jugador que cambia de maleta cada dos años y se mete en cuanta clase existe y  sigue con el mismo score a pesar del super equipo.
Querido golfista invierte en tu condición física, cuando mejores en ese punto los palos y la alta tecnología solo serán de gran ayuda.
Lo más importante de todo es que desarrolles al máximo la capacidad que tenga TU CUERPO para poder hacer un Swing eficiente, sin olvidar que nuestras articulaciones  tienen una amplitud articular que es distinta en cada persona.  No obligues a un señor de 70 años a tener la misma amplitud (giro) que un chico de 16 pero cuidadito, de pronto te sorprendes que a pesar del descuadrado Swing del Señor, su juego es más derecho, más efectivo y lo disfruta al máximo.

Para poder lograr una puesta en forma es importante la movilidad, la estabilidad, el equilibrio, la consciencia corporal (propiocepción), la fuerza y la potencia.
Potencia: para generarla tenemos que sentir nuestros pies bien conectados al suelo (propiocepción) de allí podremos utilizar las piernas para aumentar la potencia del swing con un mínimo esfuerzo. Nuestro cuerpo se mueve a través de cadenas cinéticas que relacionan a músculos y articulaciones y van trasmitiendo la fuerza hasta su destino final, en este caso el swing.  Si alguna parte de esta cadena no está bien (lesión, debilidad, agotamiento) el organismo va a protegerlo y le daremos mucho más trabajo a otras partes del cuerpo para compensar esta pérdida de energía. (Lumbalgias de repetición, en muchos golfistas por falta de rotación en las caderas y sobrecargan la columna).
Estabilidad: Cuando estemos en nuestro Stand tenemos que sentirnos cómodos, estables para poder realizar los movimientos de forma más libres y que la fuerza pueda fluir sin obstáculos por todas las cadenas musculares.
Movilidad: para tener  mayor amplitud articular es muy importante el estiramiento antes y después de salir al campo.  Si nuestras articulaciones están libres y con el rango de movilidad optimo no tendremos ninguna resistencia para un Swing fluido y más natural.
Fuerza: Tenemos que analizar el Swing para saber que parte de nuestro cuerpo tiene problema, hoy en día médicos y fisioterapeutas especializados en golf pueden ayudarnos a encontrar nuestras debilidades, éstos profesionales darán las pautas correctas para que tu Swing que es único e individual sea el más óptimo y así puedas mejorar cada día tu hándicap.
En próximos artículos iré publicando ejercicios para cada fase del Swing, y como poder lograr la mejor condición física.

Ft. Vanesa Tejero León
Fisioterapeuta
Osteópata
Golfista

Bibliografía:
1.     CRAIG DAVIES; VINCE DISAIA. Anatomía del Golfista. Editorial Tutor.
2.     STEVE NEWELL, Remedios y  ajustes para el swing de golf. Editorial Tutor.




miércoles, 20 de noviembre de 2013

Contribución para el criterio diagnóstico de la Dismorfia Muscular (Vigorexia)


La Dismorfia Muscular o Vigorexia, es un trastorno mental cuyo foco de preocupación es la subestimación del tamaño y forma muscular, como consecuencia de la distorsión en la imagen corporal que padecen las personas afectadas. Estas personas realizan compulsivamente ejercicios de musculación  con el objetivo de aumentar su tamaño muscular, creándose en muchos casos una dependencia al fisioculturismo, entrenando incluso cuando se encuentran lesionados. La adicción al entrenamiento de musculación genera en el individuo querer constatar continuamente su hipertrofia y definición muscular, manifestándose mediante conductas de verificación, ya sea frente a un espejo, con preguntas a familiares y compañeros de gimnasio, y/o subiéndose continuamente a la báscula.
 Se trata de un trastorno novedoso y, por lo tanto, no se encuentra clasificado en los manuales de desórdenes y trastornos mentales existentes. Mientras unos autores proponen su clasificación bajo un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA), otros defienden que se trata de un Trastorno Dismórfico Corporal (TDC), o incluso se ha llegado a justificar su posible clasificación como Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC). Ante la disparidad de criterio, los autores realizan un estudio con la intención de contribuir en la clasificación de la Dismorfia Muscular, como desorden mental, mediante la técnica de clasificación “árbol de decisión”. Esta técnica se basa en un clasificador que a través de una serie de atributos, en este caso las variables relacionadas con la Dismorfia Muscular, permite determinar a qué clase pertenece el atributo objeto de estudio. Los elementos que cobran mayor relevancia dentro de este método clasificatorio son aquellos relacionados con el tamaño y forma corporal que los participantes tienen, se perciben y desean. Los resultados hallados con este método de clasificación (árbol de decisión) informan sobre el predominio de las variables  relacionadas con un TDC, por lo tanto, a  la luz de estos resultados los autores contribuyen a clasificar la Dismorfia Muscular bajo el prisma de un Trastorno Dismórfico Corporal (TDC).

Reseña realizada por:
Lic. Elena Sánchez Sánchez.
Psicóloga Sanitaria.
Máster en Psicología Clínica y de la Salud.
Bibliografía:

1.     Contreras OR, Fernández JG, González-Martí I. Contribución para el criterio diagnóstico de la Dismorfia Muscular (Vigorexia).  Ps. Del Deporte 2012; 21: 351-358.