jueves, 5 de diciembre de 2013

¡A por una prueba de esfuerzo!


Pues sí, a la mejor manera de si queremos saber cómo está nuestra capacidad funcional para la hora de hacer ejercicio, con parámetros objetivos de mediciones específicas del nivel de nuestra resistencia ante esfuerzos de actividad física; para eso tenemos actualmente la utilidad de podernos realizar un test de esfuerzo o  ergometría.

 La ergometría,  consiste en la realización de ejercicio físico en tapiz rodante o bicicleta estática, mientras se monitoriza el ritmo del corazón y la presión arterial.

Entonces podemos obtener un informe (con chequeo médico abordo) de aptitud física que según tipo de protocolo realizado en la prueba podemos ver el funcionamiento de nuestro sistema cardiorespiratorio y si existe alguna irregularidad debida al esfuerzo que nos sometemos.


¿Cómo se realiza la prueba?

  El paciente se conecta a un monitor en el que se visualiza en tiempo real y de forma continua el electrocardiograma.
   Se inicia el ejercicio de forma suave, en cinta rodante o en bicicleta.
  Cada tres minutos el nivel de esfuerzo se incrementa de forma automática para que el corazón se vaya acelerando hasta llegar a la frecuencia cardiaca deseada.
 En el momento en el que el paciente no puede continuar con el esfuerzo debe comunicarlo al médico; la prueba se detiene de inmediato y se pasa a la fase de recuperación.
   Es muy importante que se intente realizar el máximo esfuerzo posible para que los resultados de la prueba sean fiables.
  Si en algún momento se detecta alguna arritmia grave, alteraciones en la presión arterial, alteraciones en el electrocardiograma o el paciente experimenta angina de pecho progresiva, la prueba también se detendrá.

Se evalúa:

   El comportamiento del ritmo cardíaco y presión arterial.
La presencia de alteraciones de la repolarización, modificaciones significativas del ST.
   La presencia de arritmias.

Con esta sencilla prueba diagnóstica sabemos los equivalentes de consumo de O2 (METS). Y si se mide el CO2 tendremos noción de la demanda energética a nivel muscular; esto es que se puede medir el punto donde se objetiva la fatiga o cansancio físico por el aumento de este gas en nuestro organismo. Entonces con el informe podremos saber hasta dónde podemos llegar con nuestro ejercicio. Y de paso nuestro cuerpo nos lo agradecerá el seguirlo cuidarlo.

Los METS nos proporcionan  un método conveniente para describir la capacidad funcional o la tolerancia al ejercicio de un individuo determinado. y definir un repertorio de actividades físicas en las que una persona puede participar de manera segura, sin exceder un nivel de intensidad prescrita.
Entonces si tu capacidad funcional es  10 METS. Entonces 60+10/100*10 = 7 METS. Se debe procurar puntuar este valor para tu ejercicio.

Aunque  esto es fácil para aquellos entrenamientos en circuitos cerrados o controlados por máquinas; pues con tu ergometría sabes también a cuántos latidos por minuto llegaste con esos METS. Así que al controlar tus pulsaciones puedes mantener un esfuerzo físico no agotante. Ya que es importante no exceder tu resistencia y abortar tempranamente la sana experiencia del ejercicio.

Una pequeña guía:




Dra. Laura Castellanos
Residente Medicina Física y del Deporte Universidad Complutense Madrid